GOYEGAL
Año I N° 10
octubre de 2019
Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro
Avellano
SUMARIO
El avellano y las brujas
Gonzalo López Absente
El Avellano y las Brujas
El Avellano ha sido muy apreciado desde la antigüedad. Existen documentos del siglo IV aC en los que se menciona su cultivo en Galicia, por el valor alimenticio de sus frutos secos. La avellana se puede comer cruda o cocida y con ella se elabora una gran gama de productos en pastelería: dulces, licores, tartas, tortas y turrones, entre otras muchas deliciosas aplicaciones.
Avellano
Al Avellano se le han agregado algunas connotaciones negativas, como la de haber sido uno de los árboles más utilizados dentro de la botánica ocultista. En un famoso grimorio medieval
La Clavícula de Salomón, atribuido al rey de Israel, se dice que la varita mágica ideal debería estar hecha de Avellano, cortada de un solo golpe a la salida del sol en el día de Mercurio (el miércoles). En varios Tratados de Magia se recomienda para confeccionar la varita cortarla durante la Luna Llena.
La Clavícula de Salomón, atribuido al rey de Israel, se dice que la varita mágica ideal debería estar hecha de Avellano, cortada de un solo golpe a la salida del sol en el día de Mercurio (el miércoles). En varios Tratados de Magia se recomienda para confeccionar la varita cortarla durante la Luna Llena.
Avellano
El Avellano estuvo asociado no sólo a la magia, sino también a la brujería. El Avellano Mágico es conocido también como el Avellano de las Brujas, cuyo nombre científico es Hamamelis mollis. El arbusto ganó su designación vulgar por florecer en pleno invierno y porque sus frutos se asemejan a las avellanas.
Avellano Mágico
Según contó el naturalista galés, hablando como anticuario (estudioso del saber popular) Thomas Pennant en Tour in Wales el Avellano mágico o Avellano de las Brujas también era utilizado irónica y paradójicamente, pese a su nombre en contrario, como protección contra las brujerías y los males.
Además se suponía que una buena cosecha de avellanas implicaría que en ese año nacerían muchos niños. Durante la noche de Samhain (Samain) el 31 de octubre al 1 de noviembre, el Año Nuevo celta, las jóvenes quemaban los frutos del Avellano para que se le revelase el nombre de su futuro esposos.
Altar Samhain
Se celebraba también la cosecha en el fin del verano (Samain en gaélico). Esta costumbre perduró en la fiesta de Halloween (transformada en la de Todos los Santos). Recientemente se la ha redescubierto en algunas localidades de Galicia como Arosa, Cedeira, La Coruña, Lugo, Ribadavia y Vigo como a noite meiga (la noche bruja).
El Samaín gallego va asociado al Magosto, la hoguera del gran fuego para asar las castañas, pero también avellanas y otras bellotas. Antiguamente se creía que el Avellano transmitiría los conocimientos, la inspiración poética y las habilidades mágicas, a quien las comiese, pues en esos frutos se hallaba concentrada toda la sabiduría del árbol sagrado.
Para los celtas, pobladores originarios de Galicia, el Avellano era uno de los árboles sagrados. Cortar uno de ellos llegó a ser castigado con la muerte. Simbolizaba la sabiduría y era utilizado también para atraer la prosperidad y la fertilidad a las tierras y al clan. Los druidas lo escogían especialmente. Las coronas y las ristras de avellanas eran usadas como talismanes protectores.
Gonzalo López Abente
López Abrente
Gonzalo López Abente nació Mugía, La Coruña, en 1878. Fue un escritor español en lengua gallega. Fue miembro de las Irmandades da Fala y del Seminario de Estudos Galegos. Cultivó el periodismo, la narrativa, el teatro y la poesía. La Real Academia Gallega le dedicó el año de 1971 el Día de las Letras Gallegas.
Placa en Mugía
La obra literaria de Gonzalo López Abente se distribuyó entre la Narrativa: O diputado, Por Veiramar, Vaosilveiro; el Teatro: con María Rosa y la Poesía. El autor inició su trayectoria en este género en la línea del costumbrismo decimonónico, para luego adoptar la Estética Modernista a partir de Alento da Raza. En él se reconoció la influencia de Eduardo Pondal.
En otros libros, por ejemplo en Do outono, Gonzalo López Abente se expresó como un poeta de tendencia clasicista, especializado en sonetos. Otras de sus obras destacadas en su producción poética fueron: Escuma da ribeira; Alento da raza; D'Outono; Nemancos; Centileos nas ondas; Decrúa; Monza de frores bravas para Nosa Señora da Barca.
Amancio Prada. Romance de Nosa Señora da Barca