sábado, 5 de diciembre de 2020

GOYEGAL 22

 

GOYEGAL

Año II N° 24                            

DICIEMBRE de 2020

Texto: Alicia Grela Vázquez

Imagen: Elsa Sposaro




SUMARIO

Armando Cotarelo Valledor

Culás



Armando Cotarelo Valledor

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Armando Cotarelo Valledor hijo de Emilio Cotarelo y Mori, nació el 28 de diciembre  de  1879  en Vega de Ribadeo (localidad que posteriormente cambió su nombre por el de Vegadeo),  Asturias, aunque lingüística y culturalmente siempre se consideró gallego. Estuvo casado con la compostelana María Botana Sieiro.



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Estudió Filosofía y Letras en Madrid. En 1904 obtuvo por oposición la Cátedra de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Santiago, en la que también dictó Teoría de las Artes. Armando Cotarelo Valledor renovó la vida universitaria compostelana  y supuso una importante revitalización de los estudios galleguistas.


Cultivó múltiples saberes como la Astronomía, la Arqueología y la Heráldica. Sobre ellas escribió diversas obras. Como crítico de arte e historiador publicó su fundamental Historia crítica y documentada de la vida y acciones de Alfonso III el Magno, último rey de Asturias, premiada en 1916, por la Real Academia de la Historia, pero no publicada sino hasta 1933.


Alfonso III el Magno último rey de Oviedo y primero de Galicia / Armando Cotarelo ValledorResultado de imagen para Erase una vez un rey. Armando Cotarelo Valledor

Alfonso III el Magno – Armando Cotarelo Valledor


Armando Cotarelo Valledor fue escritor, historiador, erudito y crítico literario español. Él participó en el movimiento de las Irmandades da Fala en 1916 y fundó la revista  Romanadas  en 1919. Estudió Filosofía y Letras en Madrid, donde obtuvo el doctorado. En 1920 fue elegido miembro de la Real Academia Gallega.


 Entre las piezas teatrales de Armando Cotarelo Valledor se encuentran Trebón de1922, de ambiente labriego; Sinxebra de 1923, en gallego y castellano, una comedia sentimental, cuya acción se desarrollaba en un pazo.  


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Armando Cotarelo Valledor en 1923 fue nombrado primer presidente del Instituto de Estudios Gallegos. De ese año fue El Pazo  una obra bilingüe, en castellano y gallego. Lubicán de 1924, en que el autor dio cuenta de la persecución de la mujer de aldea por el hombre de ciudad. Por otra parte, Contos de Nadal, colleitos de pobo, de 1927, fue una colección de relatos cortos que escribió en gallego. Sus obras dramáticas mostraron una gran destreza técnica. 



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Armando Cotarelo Valledor fue un importante propulsor del teatro gallego en los años veinte, especialmente en los ambientes universitarios. Su teatro continuó la senda realista de la escena de su época, pero con muchos toques de drama poético. Su dominio del teatro clásico español le facilito el retrato psicológico de los personajes y le dio riqueza lingüística.



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Varias de sus obras de fueron estrenadas por estudiantes de las aulas compostelanas. En ellas, el propio Armando Cotarelo Valledor participó como director de escena y escenógrafo. Además, fue elegido miembro numerario de la Real Academia Española en representación de las Letras Gallegas en el año 1929.  


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En 1939 Armando Cotarelo Valledor fue designado catedrático de Filología Galaico Portuguesa  en la Universidad Central de Madrid. Y en 1942 ingresó en la Real Academia de la Historia. Al fundarse el Instituto de España, fue nominado su Secretario General Perpetuo. En 1949 fue Procurador en Cortes por representación académica.


ARMANDO COTARELO VALLEDOR. EL SEMINARIO DE EDUCACIÓN DE LA VEGA DE RIBADEO, HOY VEGADEO. RM80612. (Libros de Segunda Mano - Historia - Otros)

El Seminario de Educación de la Vega de Ribadeo - Armando Cotarelo  Valledor 


La enciclopédica cultura de Armando Cotarelo Valledor entonces les parecía a sus contemporáneos más propia de un hombre del Renacimiento, que de uno de su época. Se dedicó a las más diversas actividades, y en todas ellas dejó la impronta de su genio universal. Eso se justificaba porque Armando Cotarelo Valledor fue poeta, comediógrafo y novelista en gallego y en castellano, filólogo, erudito, historiador, crítico de arte, arqueólogo, astrónomo, director de escena, recopilador de folklore, conferenciante de gran brillantez y profundo conocedor del latín.

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Matilde Diez en Compostela - Armando Cotarelo Valledor



Armando Cotarelo Valledor escribió Hostia en 1926, sobre el suplicio de Prisciliano;  Beiramar  en 1931, un drama de fuertes pasiones; y  Mourenza en 1931, de ambiente marinero; y  Ultreya, obra escrita en castellano y gallego, que es un libreto de ópera, con música de Rodríguez Losada, que se  estrenó en 1935, aunque inédito.


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En su obra filológica, Armando Cotarelo Valledor se dedicó tanto a las letras gallegas como a las castellanas. Este escritor se destacó especialmente con sus estudios sobre la vida y obra de Miguel de Cervantes

El Teatro de Cervantes, publicado en 1915, (premio Berwick y Alba de la Real Academia Española) fue una magna obra (de 770 páginas) de consulta imprescindible para quienes estudian el teatro cervantino.


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Elaboró el Padrón Literario de Miguel de Cervantes Saavedra, seguido por una nómina de los personajes  históricos mencionados y un apéndice de sus aprobadores. A estas producciones se les agregaron: Cervantes lector (estudio sobre las lecturas cervantinas), La belleza femenina en las obras de Cervantes y Obras perdidas de Cervantes que no se han perdido.


Padrón literario de Miguel de Cervantes Saavedra seguido de una nómina de los personajes históricos mencionados en sus obras y un apéndice de los aprobadores de ellas / Armando Cotarelo Valledor         Resultado de imagen para Armando Cotarelo Valledor


Otras obras historiográficas Armando Cotarelo Valledor  son Fray Diego de Deza, ensayo biográfico de1905, Matrimonios de Ramiro I de Asturias en 1922, Semblanza de Marco Fabio Quintiliano de 1942 y Un académico modelo: Don Martín Fernández de Navarrete en la Real Academia Española de 1945.


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LAS JORNADAS DEL CARDENAL: Armando Cotarelo Valledor / Eloy Bullón y Fernández

Las Jornadas del Cardenal - Armando Cotarelo Valledor - Eloy Bullón y Fernández


En su estudio El teatro de Quevedo, de 1945, Armando Cotarelo Valledor  contribuyó a desterrar varias falsas atribuciones de Entremeses a Francisco de Quevedo. Su tesis doctoral se dedicó a las Letras Gallegas: Una cantiga célebre del Rey Sabio. Fuentes y desarrollo de la leyenda de Sor Beatriz, principalmente en la literatura española.


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La  narrativa de Armando Cotarelo  Valledor  incluye unas Memorias de un escolar de antaño que comprenden dos novelas, escritas ambas en castellano: Palladys Tyrones y La enseña radia. La acción tiene lugar en Galicia durante la Guerra de la Independencia contra las tropas invasoras napoleónicas. 


      Palladis Tyrones Narración histórica / Armando Cotarelo Valledor         Resultado de imagen para Memorias de un escolar de antaño                                   

Palladis Tyrones–A.Cotarelo Valledor   La enseña radia-A. C.Valledor 


                           

Agustina de Aragon

Agustina de Aragón


Armando Cotarelo  Valledor  falleció en Madrid el  8 de diciembre de 1950. La Real Academia Gallega (RAG) le dedicó el Día de las Letras Gallegas de 1984, en reconocimiento de su labor por la cultura regional, y especialmente por la Literatura galaica, que continuó enriqueciendo póstumamente.

Armando Cotarelo  Valledor  incluso hizo su aporte con una obra inédita hasta 1992, Erase una vez un rey (el único trabajo escrito enteramente  en castellano) que se insertó de lleno en el  Modernismo.


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Un instituto en la localidad de Vilagarcía de Arousa (en la provincia de Pontevedra en  Galicia) tomó el nombre de Armando Cotarelo Valledor, y otro similar en la localidad de Boimorto en la provincia de La Coruña recibió el mismo (el del escritor).

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 CULÁS



El abuelo Nicolás contaba que desde el día de su santo y durante todo un mes, en su aldea festejaban las Santas Pascuas por la Navidad del Señor. Y, según decía, en la casa eran celebradas por la familia entera, pero quienes disfrutaban más eran los niños. El lugar convocante era la cocina.  Alrededor de ella giraba toda la acción.


En el centro de la estancia se destacaba la presencia erguida, augusta y fuerte de una columna central, que además de sostener la vivienda, servía de asistente de comadrona en los partos silvestres, que la necesidad (cumplidas las nueve lunas) obligaba a improvisar.




Allí, a la espera de los sabrosos manjares, se reunían los parientes, como prolongando la Acción de Gracias campesina, pues las apetitosas viandas eran recibidas en la mesa, como dones. Luego de comer los mayores continuaban por horas bebiendo y riendo, contando historias y cantando canciones tradicionales y  Villancicos:

                    Año Nuevo, vida nueva.
                    Año Nuevo, ¿qué traerá?
                    El Viejo suspiros lleva.
                    El Nuevo ya los traerá.






Mientras tanto, los más pequeños, cansados ya, se retiraban, con ese pretexto para tratar de sorprender al gigantón que cada Nadal bajaba de las dehesas para visitar a los niños mientras dormían. Por entonces se decía que el Apalpador vivía en un claro del bosque y era para unos, carbonero y, para otros, criador de cerdos, a los que alimentaba con bellotas.




Su nombre en la Galicia rural, lo debía a que para asegurarse de que estuviesen bien nutridas las crianzas (por haber comido abundantemente durante todo el período en que no las vio) él entraba sigilosamente en sus habitaciones y les palpaba la barriga.

Quienes lograron verlo le describen como un viejo bonachón, luciendo una espesa barba, vestido con un colorido traje raído, con muchos remiendos y llevando como accesorios un rústico bastón y una boina de paño, como el de los patucos que calza. Muchos también completan su retrato al mostrarlo fumando en pipa. Sus imágenes van de las más realistas a las más ingenuas.







Mi avó, el yayo aseguraba que así se le presentó, siendo neno, menino aún, y le observó cuando le dejaba castañas y otros regalos para augurarle prosperidad. Eran aquellos tiempos, los suyos, de escasez en su tierra y el alimento era causa de preocupación o alegría, según faltase o no.


Mi padre diría más tarde que en su niñez las frutas secas las había a montones en cada casa. Quizás fue por eso que el buen Pendigueiro las sustituyó generosamente por juguetes. Ese gesto tenía una retribución infantil: retratos cariñosos.

Y ya en la tercera generación, este Papá Noel galaico, por la influencia anglosajona, fue desplazado por Santa Claus. Debo decir que el espíritu liberal transformó a este simbólico personaje en mercancía e hibridó en él características diversas.










Ellas van de las prácticas relacionadas con el solsticio de invierno (en el Hemisferio Septentrional) por lo que se ubica su domicilio en el Polo Norte y la potencialidad de Thor, la deidad escandinava; a la magnanimidad de San Nicolás de Bari; pasando por el arte, con elementos de ficción literaria debidos a la irónica  pluma de W. Irving y bocetos de ilustraciones de Nast y alcanzan su punto culminante en la imagen de la opulencia consagrada por la marca líder de la multinacional de
gaseosas.


Santa Claus - Nast


Así es que hoy, los que sólo le tenemos conocido de oídas insistimos en recuperarlo para los más jóvenes. De este modo se le posibilita a nuestro dador local compartir las Cabalgatas con Los Reyes Magos y participar de las muchas actividades culturales propias de estas fechas con un mensaje de respeto por el trabajo campesino y la Naturaleza, el medio en que por tanto tiempo vivió y que, como él, renace cada vez.