lunes, 1 de abril de 2019


GOYEGAL
Año I N° 4                                               
1 de Abril de 2019

Texto: Alicia Grela Vázquez
Imagen: Elsa Sposaro

Viñedos de Galicia


SUMARIO

Vid y Galicia
Pondal


La  Vid y Galicia                              

La Vid cuenta con más de un centenar de variedades, todas ellas dioicas, con especies silvestres y cultivadas. También se le llama parra. Tiene valor económico por sus frutos: las uvas. Ha sido muy apreciada desde la antigüedad por sus múltiples propiedades. Su uso más frecuente ha sido para producir uvas para frutas (frescas o secas: pasas o sultanas) y para la elaboración de vinos y vinagres.
Vid

La Vid (Vitis) es un arbusto leñoso de tronco retorcido y ramas nudosas y flexibles. Sus hojas (pámpanos) son grandes y pecioladas. Están partidas en cinco lóbulos puntiagudos de color verde. Su tronco y sarmientos transportan el agua y los minerales. Es una planta longeva y puede alcanzar un centenar de años, aunque tarda de tres a cinco en madurar.

Los frutos de la Vid son las uvas, que se dan en racimos y pueden ser negras, moradas, amarillas, doradas, púrpura, rosadas, marrones, anaranjadas o verdes (blancas). Éstas son una mutación de las rojas. Todas son nutritivas: contienen ácidos orgánicos, vitamina C, fibra y azúcar y tienen  propiedades laxantes y depurativas.

Parral


Los primeros cultivos de la Vid tal vez se hayan practicado en China, Mesopotamia y Egipto, donde se conocía el proceso de fermentación de la uva.  Desde allí se habrían exportado a Grecia y Roma y por su intermedio a la Europa Mediterránea. Aunque otra teoría considera que no habría sido así, sino que su cultivo habría surgido al mismo tiempo en diversos lugares

Esta planta requiere climas templados, no demasiado húmedos ni extremadamente secos. Pero también puede prosperar en climas tropicales o subtropicales. Permanece aletargada (latente) durante el invierno para recobrar sus funciones vitales en la primavera en el proceso del lloro de la Vid.

Lloro de la Vid


Aunque la Vid tiene miles de especies, sólo una centena de ellas  es usada para la producción de vinos, pues el resto sirve de portainjertos, para lograr mayor resistencia a las plagas. En la Europa Mediterránea varios son los países viñateros como Francia, Italia, Portugal y España.  La Comunidad Autónoma de Galicia, por ejemplo, cuenta con cinco Denominaciones de Origen.

La región de Galicia ha logrado un gran éxito en la vendimia de uvas. Regularmente produce algunas de las mayores cosechas de Europa.  La mayoría de los viñedos gallegos se encuentra en la parte sur, en las provincias de Orense y Pontevedra, aunque hay algunas significativas plantaciones al este, en Lugo.


Uva palomino


Las zonas más cercanas al río Miño a menudo producen vinos de mezcla Albariño, Loureira y Caíño Blanco. Hacia el interior, en el Ribeiro los vinos blancos son una mezcla de Torrontés, Albariño, Lado, Loureira y Treixadura. También hay vinos blancos dominados godello, por la uva. Los vinos tintos ligeros son producidos principalmente con uva mencía de la introducida por la conquista romana.

Viñas Gallegas


En la mitología romana las Bacantes rendían culto a Baco así como en la griega las Ménades adoraban a Dionisos.  Estos dos grupos de mujeres representan el desenfreno y el misticismo con rituales y orgías para potenciar la propia fertilidad y la de la tierra y conectarse con los dioses, que vivían en cada Vid, al modo de las hamadríades.


Ménade bailando


Galicia heredó de las culturas clásicas griega y romana y también de la celta. En ella
la Vid era una de las plantas más profunda e íntimamente asociadas con las  maravillosas tradiciones feéricas. Ésa pudo haber sido la razón de que el consumo del vino haya tardado en difundirse en la Galia, ya que el común no lo bebía, pues creía que era propio del maravilloso mundo de las hadas, personajes homólogos a las hamadríades griegas.


Ampelos era un sátiro compañero de Dionisos, muerto al recoger uvas. En su honor el dios dio su nombre a la Vid y lo eternizó como la estrella Vindemitor de la constelación de Virgo. En el Hemisferio Norte aparecía por el este y marcaba en setiembre el comienzo de la vendimia. A él se le pedía alegría y amigos, así como también inspiración poética.

Ampelos - Cicely Mary Barker



Los antiguos celtas, antes de habituarse al consumo del vino de uva,  preparaban una bebida alcohólica con la fermentación de la mora. Morea era la hamadríade de esa planta, se conectaba con la Luna, porque se creía que (junto a la leche de cabra) era el alimento de los elfos, diminutos espíritus de la lunares. Ellos suponían que esta fruta madura era una gran ofrenda a la diosa para favorecer el ámbito de la intuición y el conocimiento.

El vino era considerado por los celtas como un líquido sagrado. Simbolizaba para ellos la sangre de los sacrificios. Ellos, tras sustituir la zarzamora por la Vid y habituarse, lo bebían sin diluir, (a diferencia de griegos y romanos). Esta costumbre horrorizó a los comerciantes y reforzó la idea de que el pueblo de la Galia era bárbaro.


Hada

El culto monoteísta al imponerse en Galicia, pretendió posteriormente quitarle a la Vid el sustrato mágico pagano.  Según la tradición judía, el vino habría sido descubierto por el patriarca Noé, quien tras el Diluvio plantó una parra. Con su fruto: la uva, selló su Alianza con Dios (obviando los episodios de su embriaguez y el incesto).

Noé borracho


La Vid es una planta que crece en espiral. Esa forma indujo la creencia de su relación con la reencarnación. Por eso fue tenida por un vegetal que provocaba alegría y euforia. Su diseño simbolizaba desde el renacimiento hasta la vida eterna. Por eso su cultivo incidió en la religión. Su fruto fermentado con sus propiedades intoxicantes se utilizaba con fines festivos y místicos.

Los cristianos usaron el vino en su rito religioso eucarístico. En la misa simboliza para los creyentes la sangre que Jesús derramara para salvar a la humanidad.  Así como en forma análoga la Vid representa el poder de la tierra y su ciclo natural: vida, muerte aparente (en el invierno) y  renacimiento (en la primavera). El ciclo agrícola es el homólogo al símbolo de la eucaristía: la muerte y la resurrección de Cristo.




Pondal
Eduardo María González-Pondal y Abente  Pondal

Eduardo María González-Pondal y Abente nació en Ponteceso, La Coruña, en el año 1835. Fue un  poeta regionalista español que escribió en idioma gallego. Perteneció a una familia de origen hidalgo, enriquecida con la emigración a América. Estudió gramática latina con su pariente, el clérigo Cristóbal de Lago. En  1848 se instaló en Santiago de Compostela.
Eduardo María González-Pondal y Abente  Pondal


Cursó el  Filosofía y, posteriormente, Medicina. Siendo estudiante compartió con Rosalía de Castro, Manuel Murguía y Aurelio Aguirre las tertulias del Liceo San Agustín. De esta época data su interés por lo regional. Fue uno de los organizadores, junto con Aguirre, del Banquete que unió a obreros y estudiantes en el  robledal  de Conxo en 1856, donde Pondal leyó Brindis, un poema en castellano, acerca de la igualdad de los hombres. Esto provocó a las autoridades, que estuvieron a punto de deportarlo a las Islas Marianas.

Al terminar la carrera, en 1862, ejerció como médico de la Armada en la base del Ferrol. En 1863 hizo oposiciones en Madrid al cuerpo de Sanidad Militar. Pero, aunque obtuvo un trabajo en Asturias, dejó la plaza y abandonó definitivamente la práctica de la medicina. Se retiró a la casa paterna, desde donde hacía frecuentes viajes a La Coruña.


Casa natal de Pondal en Ponteceso


Allí participaba en la tertulia A Cova Céltica, en la librería de Carré, junto con Martínez Salazar,  Florencio Vaamonde, Martelo Paumán, Manuel Lugrís Freire y Manuel Murguía. A través de éste conoció los poemas ossiánicos de James MacPherson. Desde entonces, Pondal asumió el papel de bardo de la nación gallega.

Su primer poema en gallego apareció en 1862, en el Álbum de la Caridad editado por el indiano José Pascual López Cortón, recopilando todos los poemas participantes en los primeros Juegos Florales de Galicia. La obra se titulaba A Campana de Anllóns (El canto de un Brigante).

Parroquia de Anllóns


E ti campana d´Anllóns,
Que tristemente tocando,
derramas nos corazóns
un balsamo doce e brando
de pasadas ilusións.

Alá, nos pasados ventos,
primeiros da miña vida,
ouzo os teus vagos concetos,
reló dos tristes momentos
da miña patria querida.

¡Cantas veces te lembrou
O que marchounpara a guerra,
cando a súa nai deixou,
partindo para extraña terra
de Baneira t´escoitou!

Campana, se polo verán
ves lumiar na Ponteceso
a cachela de San Xoan
dille a todos que eu estou preso
nos calabozos de Orán.

A Campana de Anllóns




En 1877 publicó Rumores de los pinos, colección de 21  poemas (8 en castellano, 11 en gallego y 2 bilingües) que sirvió de base a sus Queixumes dos pinos (1886),  conservando poemas del anterior y añadiendo 78 poemas gallegos nuevos.
Además de estas obras, Eduardo Pondal dejó una amplia producción inédita, entre la que se cuenta el poemario Os Eoas, un canto épico al descubrimiento de América claramente inspirado en Os Lusiadas de Luís de Camões. En él también hay referencias a Homero y Tasso, reflejando así la amplitud de su cultura literaria.

En Os Eoas trabajó Pondal a lo largo de toda su vida literaria. Sin embargo, ya por causa de una voluntad -realmente patológica- de corrección, ya también por dificultades editoriales, lo cierto es que la obra no fue editada en vida del poeta. Posteriormente, el supuesto españolismo de los versos habría entrado en teórica contradicción con el nacionalismo del conjunto de su producción.
Estas cuestiones ideológicas serían la razón de que la versión definitiva del texto no fuese nunca publicada y  permaneciese desconocida en la sede de la Real Academia Gallega (RAG) hasta su reaparición y posterior publicación y en el estudio hecho por Manuel Ferreiro, Manuel Forcadela y Xosé Ramón Pena en el año 2005.
Sin embargo, del análisis llevado adelante por los investigadores citados, se dedujo que no existía ninguna contradicción entre esta obra, que Pondal y sus correligionarios consideraron siempre como el texto decisivo del poeta, y las que llevó a cabo. Por el contrario, en Os Eoas, logró  una perfecta simbiosis entre el mundo mítico celta y la voluntad regeneracionista de España.
La figura de Colón —a quien hace gallego, siguiendo las tesis de García de la Riega, Constantino Horta, y otros— como héroe, al tiempo, gallego, español y universal condensa esa voluntad pondaliana: Galicia, cuna de Colón, ha de volver a aparecer en el tiempo presente y futuro como el espacio privilegiado para el renacer de España y de Iberia.
Cantando semejante epopeya en lengua gallega, Pondal quería demostrar la validez del idioma para las más difíciles pruebas y empeños tal y como él mismo escribió en el prólogo de su obra. De esta manera se cumplirá el viejo sueño: La luz vendrá para la caduca Iberia de mano de los hijos de Breogán. Colón llevó la luz redentora del Cristianismo al Nuevo Mundo. Tal hecho, jamás será borrado de la historia.
En 1890 el músico Pascual Veiga le pedirá una letra para una obra que pretendía presentar a un certamen en La Coruña. Eduardo Pondal compone para la ocasión el poema Os Pinos, cuyas dos primeras estrofas formarán parte de la letra de la melodía. Aunque la obra no llega a estrenarse el poema aparecerá publicado ese mismo año en un folleto del certamen, así como en varios periódicos gallegos de la emigración cubana.
En 1907 la composición de Veiga será estrenada en La Habana y considerada desde entonces Himno de Galicia. En 1981 será legalizada como himno oficial por el Estatuto de Galicia. Desde 1935 (edición de la Real Academia Galega) ese poema se ha integrado, junto con otros inéditos, en las ediciones de Queixumes dos Pinos. Las primeras estrofas de su poema Os pinos son la letra del Himno Gallego.

Pondal es el máximo exponente de la literatura del regionalismo gallego. Idealiza el pasado céltico de Galicia, que él imagina libre e independiente y como apenas quedan vestigios de esta época, se inspira en las fuentes clásicas de la invasión romana, en los poemas ossiánicos de James McPherson, en algunas citas del Leabhar Gabala y en las investigaciones de Manuel Murguía y Benito Vicetto.

El simbolismo del celtismo dentro de la poesía de Pondal es claro: así como los celtas combatieron heroicamente la invasión romana, los gallegos deben tomar su ejemplo y combatir igualmente la opresión castellana. Al mismo tiempo su poesía incorpora una tendencia helenista, que entronca con su afán de crear una lírica culta. Los mitos creados por Pondal se basan en dos arquetipos: el Héroe y el Bardo.
También es interesante como poeta lírico. Junto con la naturaleza, y los paisajes de su tierra natal (la comarca de Bergantiños), el amor es otra de las claves de su poesía. Utilizó una lengua aristocratizante, huyendo de la lengua coloquial e incorporando a su léxico y a su sintaxis numerosos cultismos.

Para esto se sirvió de sus profundos conocimientos de las lenguas clásicas, remitiéndose también en ocasiones a la lengua portuguesa. Es famosa su frase en el lecho de muerte: déstesme unha lingua de ferro, devólvovos unha lingua de ouro (me habíais dado una lengua de hierro, os devuelvo una lengua de oro).

El significado político de la obra de Pondal ha sido objeto de muchas teorías y discusiones. Por una parte es indiscutible que apela a conceptos raciales para devolver el orgullo al pueblo gallego, así como para menospreciar a los castellanos, a los que considera invasores de su país. A pesar de esto su ideario político personal siempre estuvo más próximo a un socialismo emergente, como demuestra su participación en el banquete de Conxo y su compromiso estético con la idea de la libertad del hombre.
No hay que olvidar que en el momento histórico en el que se desarrolla su obra, las teorías raciales, no sólo no han sido desacreditadas, sino que son profusamente empleadas por el romanticismo europeo como una expresión más del Volkgeist (espíritu del pueblo), especialmente en aquellos países que vivían un conflicto nacional.

Por otra parte su ideario en relación a la cuestión territorial parecía más próximo a un iberismo federal que a un nacionalismo gallego aún por surgir. Pondal expresa repetidamente su sentimiento de hermandad con el pueblo portugués, y su simpatía por el catalanismo. Por otra parte el poema Os Eoas habla de una gesta, el descubrimiento del mundo, que atañe a todos los pueblos ibéricos.

Murió en La Coruña, en el hotel La Luguesa, en 1917 y está enterrado en el cementerio de San Amaro de esta ciudad. Diversos músicos y grupos gallegos han usado poemas suyos como letra. Entre ellos el grupo de música folk Na Lúa y el cantante Juan Pardo, que ha puesto música a varios poemas suyos en el disco Galicia miña nai dos dous mares.





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